viernes, 11 de septiembre de 2015

Lo que no hace falta














Te he conocido sin saber porque.
Averiguarlo me costó admitir que no había un plan por dónde comenzar.
El precio a pagar nunca me asustó.
¿Quién podría decir que todo comenzó cuando empezamos a platicar?

Hoy no hay nubes y hay claridad.
Porque estamos en la misma ciudad.
Y si se van las luces yo iré contigo.
Es una medida de seguridad, la acabo de inventar.
No hace falta lo que no hace falta.
Tú a mí me haces falta.
Quiero escuchar tu voz porque quiero escuchar tu voz.

Últimamente he sido feliz.
Yo te lo debo y no lo quiero admitir.
Existe un día que quiero repetir.
Porque recordarlo es un pretexto para sonreír.

Estoy pensando en besarte otra vez, solo que ahora si te avisaré.
Muy en el fondo quiero una razón para quererte, aunque ya te quiero y no la encuentro aún.
Es como si no hiciera falta porque no hace falta.
¿Qué es lo que debo hacer con el cariño, el apego y la ilusión que te esperan conmigo?

Hay cosas que suceden porque sí.
Aunque no parezca una razón convincente.
Eres tú quien debe convencerse.
Quiero que cada paso que demos nos acerque lentamente.

Te he conocido sin saber porque.
Ya no necesito saberlo porque no hace falta.
Y no hace falta lo que no hace falta.
Con cada día que pasa voy descubriendo que eres mi pretexto para sonreír.

Hoy hay nubes y hay claridad.
Porque estamos en la misma ciudad.
Las cosas son solo cosas, pero lo que siento es por completo, otra cosa.
No hace falta lo que no hace falta.
Quiero escuchar tu voz porque quiero escuchar tu voz.

Hay dos posibilidades: estar contigo o que tú estés conmigo.
Yo quiero cualquiera que me llevé a estar contigo.
Aunque ninguna tenga sentido.
Que alguien me diga si acaso cuando te enamoras algo tiene sentido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario