Querer no es poder

Hoy aprendí algo nuevo.
Era algo que no era de mi agrado ¿y sabes qué más?
Cuando lo encontré, tampoco quería admitir que lo había encontrado.
He intentado negarlo de todas las formas posibles.
Pero siempre he obtenido el mismo resultado.
Querer no es poder.
He llegado tarde.

Si había algo que me definía, era ser tan obstinado.
Y se me conocía por ser de principios muy arraigados.
Incluso se me considero atado a una sola postura, totalmente aferrado.
¿Qué es más fuerte que la voluntad de alguien que no ha sido domado?

Querer no es poder.
Detesto admitirlo.
Tanto he querido.
Y al final no he podido.

Querer no es poder.
Maldito destino.
Tanto he perdido.
Deseando haber ganado.

Querer no es poder.
Porque el futuro es abusivo.
Te hace creer en algo para luego olvidarlo.
Te entrega ilusiones que ya te han abandonado.

Recuerdo los días con mucho cariño.
Momentos distantes y ecos dormidos.
Las voces que oía ya se apagaron.
Las voces de aquellos que creían que existían los milagros.
Las voces de aquellos que fueron defraudados.

¿Querer es poder? Te reto a demostrarlo.
Si borras nuestro dolor, conocerás el pasado.
Querer no es poder.
No tiene sentido.
Pero no puedes romper lo que ya fue destruido.
Y si hubo buenos tiempos, ahora son solo vestigios.